
Alicia Galindo: Créditos de nómina sin ataduras
Una oportunidad para transformar las finanzas personales en México.
A partir del 29 de agosto de 2025, los trabajadores en México tendrán mayor libertad para elegir dónde contratar su crédito de nómina, gracias a una reforma regulatoria impulsada por el Banco de México a través de la circular Circular 6/2025 (Banxico).
Esto significa que ya no será obligatorio contratar estos préstamos únicamente con el banco que dispersa el salario; a partir de esa fecha, el trabajador podrá seleccionar la institución que le ofrezca mejores condiciones.
Aunque la medida parece simple, representa un parteaguas en la historia del crédito al consumo en México, con amplias implicaciones para la competencia bancaria, la inclusión financiera y el bienestar económico de millones de trabajadores.
Hasta ahora, se podría decir que estos créditos estaban prácticamente “amarrados” al banco donde se recibe el salario, lo que generaba una forma de “captura del cliente” y limitaba su capacidad de comparar entre instituciones. Actualmente suman alrededor de 402,000 millones de pesos, equivalente al 25 % del crédito al consumo en el país, y están dominados por BBVA, Citibanamex y Banorte (El Economista).
Los indicadores más recientes del Banco de México revelan datos significativos sobre este tipo de financiamiento son los siguientes: Durante 2023 se otorgaron 2.97 millones de créditos de nómina, un alza de 8.8 % respecto a 2022, acumulando un saldo total de 224,461 millones de pesos, lo cual implicó un crecimiento anual del 3 %.
Algo a destacar es que el monto promedio de estos créditos fue de 85,094 pesos, cifra que creció apenas 0.1 % respecto al año anterior con un plazo promedio de 49 meses y la tasa promedio por saldo se ubicó en 27.4%. A nivel institucional, HSBC ofreció los montos promedio más elevados al origen, con 108,737 pesos, seguida de Afirme, BBVA y Santander, mientras que las tasas más bajas fueron las de Afirme (23.3 %), BBVA (24 %) y Santander (26.9 %).
Estos datos reflejan varias realidades: el uso extendido de estos créditos, la notable carga financiera que implica para los hogares, con tasas que superan el 27 % anual, y una banca que concentra el volumen, aunque ofrece diferencias relevantes en montos, plazos y tasas.
Desde la perspectiva del mercado, esta libertad de elección puede dinamizar la competencia. Ahora, los bancos, incluyendo instituciones tradicionales, fintechs y cajas de ahorro, deberán competir en base a lo que realmente importa: tasa de interés, comisiones, plazos y calidad de servicio. Obligarlos a innovar y diferenciarse puede traducirse en beneficios reales para los usuarios.
Pero la medida no está exenta de desafíos. Para que sea efectiva, es necesario garantizar la interoperabilidad y fluidez operativa entre bancos, sistemas seguros de verificación de identidad y procesos ágiles de portabilidad. Además, es fundamental que los usuarios estén informados: preguntas como ¿qué significa CAT? ¿Cómo comparar tasas de interés efectivas? ¿Qué pasa en caso de desempleo?, todavía no son de conocimiento general en la población y es ahí en donde la educación financiera, tanto institucional como mediática, debe asumir un papel central.
Para los trabajadores, esta libertad representa una oportunidad para optimizar sus finanzas. Aunque el monto promedio de 85,000 pesos puede considerarse reciente inversión o apoyo financiero, también supone una carga con tasas elevadas.
Comparar ofertas puede significar tasas más bajas, mensualidades más accesibles y mayor liquidez para cubrir rubros prioritarios prioritarios: salud, educación o ahorro.
Asimismo, al fomentar prácticas crediticias más responsables, la medida puede ayudar a reducir casos de sobreendeudamiento estructural.
Podrían surgir esquemas que se ajusten mejor a la capacidad real de pago, y también abrir espacio para incluir a segmentos tradicionalmente excluidos: mujeres jefas de familia, trabajadores públicos y personas con ingresos irregulares.
Este cambio normativo podría ser el inicio de un movimiento más amplio de portabilidad financiera. En la medida en que los usuarios puedan elegir y cambiar libremente no solo su crédito de nómina, sino también su seguro, Afore o incluso hipoteca, estaremos más cerca de un sistema financiero competitivo, transparente e incluyente.
La liberación de los créditos de nómina es, sin duda, una buena noticia para México. Promueve competencia real entre bancos e instituciones fintech, reconoce al usuario como agente económico con derechos y abre la puerta a condiciones más justas y adecuadas.
Los datos de Banxico muestran la magnitud del reto: montos promedio de 85,000 pesos, plazos de casi cuatro años y tasas del 27 %.
Si se acompaña de una implementación operativa eficiente y educación financiera efectiva, esta medida puede marcar el inicio de una nueva etapa en la relación entre los mexicanos y sus instituciones financieras: más informada, más libre y decididamente más justa.
Escuela de Negocios ITESM. (2025, 28 julio). Alicia Galindo: Créditos de nómina sin ataduras. El Financiero. https://www.elfinanciero.com.mx/monterrey/2025/07/28/alicia-galindo-creditos-de-nomina-sin-ataduras/