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Tomar café y té en la mañana reduce el riesgo de desarrollar demencia
Incluir una taza de café o té en la mañana reduce la probabilidad de sufrir demencia y accidentes cardiovasculares, asegura estudio.
En promedio, una persona que vive en México consume 3 tazas de café al día. De acuerdo con la última medición de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), el 85 % de la población en el país integra este patrón a su rutina de todos los días, especialmente después del desayuno y la comida. Naturalmente, México no es el único país que tiene este ritmo de consumo.
Según MedlinePlus, este padecimiento incide en “la memoria, el pensamiento, el lenguaje, el juicio y el comportamiento“. Sin embargo, a partir de un estudio longitudinal que encabezó el Dr. Yuan Zhang, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Médica de Tianjin, las consecuencias pueden mitigarse a partir del consumo constante de cafeína.
El café no es la única bebida que cuenta con este estimulante. Por el contrario, el té negro y el té verde pueden tener incluso más concentración de la sustancia. “El café contiene cafeína y es una rica fuente de antioxidantes y otros compuestos bioactivos”, explica el experto. Por esta razón, promueve que el cerebro se mantenga activo, con redes neuronales sólidas.
Para el estudio, se analizó una muestra de más de 365 mil personas en el Reino Unido. Todos ellos tenían entre 50 y 72 años, de acuerdo con la cobertura deSci-News. La investigación inició en 2006, y registró sus últimos resultados en verano de 2020. Para entonces, los científicos se percataron de que las personas que consumían té y café regularmente no desarollaron demencia en la vejez:
“Las personas que bebían de 2 a 3 tazas de café o de 3 a 5 tazas de té al día, o una combinación de 4 a 6 tazas de café y té, tenían la menor incidencia de accidente cerebrovascular o demencia”, escriben los expertos.
Esto es así porque los antioxidantes cumplen una función antiinflamatoria, que inhibe las posibilidades de tener ataques fulminantes al corazón y en el cerebro. Sin embargo, explican los científicos de Yale, “aún no se ha determinado si el suministro de dicha información puede mejorar los resultados de los accidentes cerebrovasculares y la demencia”.
Fuente: Muy Interesante.