La evolución de la experiencia del consumidor: ¿qué espera el cliente
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Aunque la morosidad registró incrementos durante la contingencia, hoy se encuentra en alrededor del 2.5%, nivel menor que en la crisis del 2009.
Prácticamente dos años después del inicio de la pandemia de Covid-19, los indicadores financieros de la banca mexicana se mantienen sólidos. Aunque en algún momento de la contingencia sanitaria estos registraron ligeros movimientos, se mantuvieron por encima del mínimo regulatorio, y en el caso de la morosidad, su punto más alto fue de 2.7%, abajo, por ejemplo, de la crisis del 2009, cuando el máximo fue de 3.9 por ciento.
El lunes, la calificadora Moody’s mantuvo en Negativa la perspectiva para la banca, aunque aclaró que ello se debe al deterioro de la situación económica, pues reconoció que los indicadores del sector se mantienen sólidos.
Al cierre de enero pasado, de acuerdo con cifras de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), el Índice de Morosidad (Imor) de la banca en general, se ubicó en 2.44%, mayor al registrado al cierre de diciembre previo cuando fue de 2.05%, pero menor a 2.70% del mismo mes del 2021.
Aunque el mayor Imor se ubicó en la cartera de consumo con 3.10% en enero pasado, éste ha venido decreciendo de forma gradual, pues en el mismo mes del 2021 se ubicó en 5.68 por ciento.
En la cartera comercial, fue de 1.99% en enero de este año, y en vivienda se ubicó en 3.23 por ciento.
De acuerdo con la Asociación de Bancos de México (ABM), el máximo nivel de Imor durante la pandemia de Covid-19, fue de 2.7%, considerablemente menor a 3.9% del máximo registrado durante la crisis del 2008-2009.
En lo referente al Índice de Cobertura (Icor), es decir, lo que cubre la cartera vencida, en enero fue de 143%, y el mínimo durante la contingencia, fue de 150 por ciento. Lo anterior implica que el portafolio deteriorado estaría cubierto hasta en 1.5 veces.
En cuanto al Índice de Capitalización (Icap), a diciembre del 2021 se ubicó en 19.5%; el mínimo regulatorio es de 10.5 por ciento.
Fuente: El Economista.
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