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En el informe sobre Situación Banca, BBVA México destaca que en marzo del 2022, la variación anual real de los saldos vigentes de la cartera de crédito al consumo fue de 2.8% (10.5% nominal), lo que representó el tercer mes con aumentos.
En promedio, el crecimiento real del financiamiento al consumo durante el primer trimestre del 2022 fue de 1.9%, superior a los datos del primer trimestre para los últimos dos años, y muy cercano al crecimiento en el primer trimestre del 2019. No obstante, los saldos vigentes de la cartera de consumo aún no alcanzan los niveles prepandémicos”, señala.
El reporte de BBVA detalla que la cartera vigente de las tarjetas de crédito (que representa 36% del crédito al consumo), tuvo un aumento de 3.3% en marzo pasado en términos reales, el mayor registrado desde junio del 2017.
El documento menciona que, por otra parte, el saldo vigente de los créditos de nómina (26.5% del portafolio de consumo), acumuló en marzo cinco meses de crecimiento real anual, registrando un aumento de 3.8%, el más alto desde enero del 2020, y promediando una tasa anual en el primer trimestre del 2022 de 3.5%, lo cual refleja la mejoría en los indicadores de empleo del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Y la cartera vigente de los créditos personales (16.5% del total del portafolio de consumo) creció 1.1% en términos reales en marzo pasado, después de 39 meses de caídas. Aquí, destaca BBVA, el alza en la confianza que se refleja en el Índice de Confianza del Consumidor (ICC), impacta con rezagos los saldos de este segmento.
BBVA México puntualiza que el financiamiento automotriz ha presentado caídas en los saldos vigentes por 22 meses, debido en gran parte a la persistencia de los cuellos de botella en las cadenas de suministro globales, que en el 2022 aún afectan la disponibilidad de insumos y generan una contracción de la oferta de vehículos y una caída en la venta de los mismos.
El informe Situación Banca precisa que el crecimiento del empleo ha ayudado a reactivar la cartera de consumo, pero que aunado a ello, una mayor necesidad de financiar el gasto corriente ante el incremento en los precios, podría estar generando una mayor demanda por este tipo de financiamiento, debido a la pérdida de poder adquisitivo.
Fuente: El Economista.
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