
La importancia de la simplicidad en el manejo de tus finanzas personales.
El secreto para manejar bien tus finanzas personales es encontrar un sistema que funcione para ti. Que te ayude a controlar tu dinero y no endeudarte. Que no te quite demasiado tiempo y que no se enfoque tanto en los detalles sino en lo que en verdad es importante. Que esté automatizado (en la medida de lo posible). En la primera parte mencioné que yo tengo un sistema principal de sólo tres cuentas:
1.Una cuenta corriente bancaria (como la de nómina) en la que manejo mis gastos del día a día.
2.Mi cuenta de Cetesdirecto, que utilizo para necesidades de corto / mediano plazo. En ella guardo mi fondo para emergencias, dinero que debo reservar para gastos irregulares y para otros objetivos como viajes. Esta cuenta se fondea automáticamente, de manera domiciliada, una vez al mes.
3.Una cuenta de inversión para el largo plazo (construcción del patrimonio) que también se fondea de forma automática (aunque no se distribuye hacia mi portafolio –eso lo tengo que hacer yo después).
Nada más. No necesito más (aunque sí tengo algunos complementos). Una pregunta muy común es: ¿Cómo sabes cuánto de lo que tienes en Cetesdirecto es para emergencias y cuánto para viajes? Muy sencillo: me lo dice mi plan de gastos que representa la clave para hacer que todo esto funcione.
El plan de gastos es también un sistema en sí mismo. Cada vez que recibo un ingreso me siento y me hago una sencilla pregunta: ¿Qué es lo que necesito que este dinero haga por mí, antes de que me vuelvan a pagar? Le asigno a cada peso que gano, un trabajo. Esto es importante porque si uno no lo hace, el dinero hará lo que se le venga en gana.
Para que esto funcione bien, no debo olvidar mis gastos irregulares. Por ejemplo, si mi predial ronda los 12,000 pesos anuales, cada mes tengo que asignar 1,000 pesos para esa categoría. De esta forma, cuando llegue el momento lo podré pagar fácilmente, porque tengo el dinero.
Si manejo bien mi plan de gastos y lo utilizo como es debido, él es el que me dice exactamente cuánto tengo disponible en cada categoría de gasto. No necesito manejar otras cuentas. Podría tenerlo todo en mi cuenta bancaria y aún así tendría mi dinero bajo control.
Pero no me gusta tener mucho dinero en el banco por cuestiones de seguridad (si me roban la tarjeta de débito o me la clonan, no hay mucho dinero que me puedan sacar). Además, en Cetesdirecto recibo rendimientos que me ayudan a mantener el poder adquisitivo de ese dinero (incluso incrementarlo ligeramente en ciertos momentos como el actual).
Con respecto a mi cuenta de inversión para el largo plazo, también mantengo las cosas simples. Utilizo pocos instrumentos que me brindan diversificación global a costos sumamente bajos. Porque como he explicado en este espacio, en el largo plazo una comisión anual de tan sólo 2% puede costarnos la tercera parte de nuestro patrimonio. Así de importante es cuidarlos.
Así, no hago trading. No estoy “operando”, ni tampoco especulando. No corro riesgos innecesarios. Solo tengo que ser constante y consistente, enfocarme en el camino y seguir el proceso.
Ahora bien: muchas personas ni siquiera necesitan aprender a invertir por su cuenta. Simplemente pueden hacer ahorro voluntario a su Afore de manera domiciliada y listo –eso es todo lo que necesitan para construir patrimonio a largo plazo (siempre que lo hagan de manera consistente, automática y durante toda su vida laboral). Si uno está empezando su vida laboral, con 10% de lo que ganamos (además de lo que aporta el patrón) puede ser suficiente. Si uno empieza más tarde, necesitará un porcentaje mayor. La clave es hacerlo con constancia y disciplina y de manera automática.
El plan puede ser muy simple. No se necesita más.
FUENTE: EL ECONOMISTA