Usuarios impulsan adopción global de finanzas verdes digitales
Expertos logran innovar en la forma de adquirir préstamos grupales.
El director general de CAME, Pablo Varela describe la forma en que su empresa compite contra bancos tradicionales y con instituciones de tecnología financiera
A tres décadas del nacimiento de CAME, una Sociedad Financiera Popular (sofipo), la empresa sigue revolucionando el mercado de los préstamos rápidos en México para apoyar el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas (pymes).
Pero lograr esta tarea no ha sido fácil en todo este tiempo, reconoce su director general, Pablo Varela, pues hoy en día la sofipo compite no sólo contra bancos tradicionales, sino también con instituciones de tecnología financiera (fintechs), al tiempo que sortea retos de fondeo y la volatilidad que aún prevalece desde 2020.
En un inicio, CAME surgió como una opción para que emprendedores y pequeños negocios tuvieran acceso a un crédito productivo, que iba desde los 600 pesos. Hoy, la empresa puede dar financiamientos entre cuatro mil y 200 mil pesos, al tiempo que ofrece productos de inversión, ahorro y seguros.
La gente que acude a esta sofipo en su mayoría son mujeres que representan cerca del 75 por ciento de todos sus clientes, y cuyos negocios van desde una papelería o tienda de abarrotes, hasta la venta en línea o puestos de dulces afuera de una escuela.
“En un primer momento ellas no se autoconciben como empresarias o dueñas de un negocio, esos 600 o cuatro mil pesos, muchas veces son para que obtengan un poco de mercancía y la empiecen a revender. Para ellas es un gran incentivo, un acelerador”, comentó Varela en entrevista con El Sol de México.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (Inegi) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), se estima que en el país alrededor de tres de cada 10 pymes solicitan un financiamiento, en su mayoría ante la banca comercial.
Sin embargo, las estadísticas indican que los principales motivos de rechazo son la baja capacidad de pago, documentación insuficiente, mal o nulo historial crediticio, así como la ausencia de un aval o garantía en el negocio.
El financiamiento solicitado siempre es para invertir en tecnología o expandir los negocios, así como para pagar deudas o incluso las pérdidas por bajos ingresos.
De todas las solicitudes de crédito, al menos una de cada 10, son dirigidas a instituciones financieras no bancarias, como las sofipos o Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (sofomes), cuya principal característica es prestar con condiciones menos estrictas que un banco.
Estas condiciones pueden ser menores requisitos para la apertura de una cuenta, tasas de interés atractivas o tiempos de resolución en menos de un mes. Hoy en día, muchas de estas instituciones también han evolucionado y migrado al mundo digital.
En el caso de CAME, comentó Pablo Varela, la adopción de nuevas tecnologías les permitió hacer más eficientes sus operaciones, poder abarcar nuevos segmentos de clientes y la manera de ofrecer productos.
Por ejemplo, antes iban a las casas a ofrecer créditos para un negocio o proyecto productivo y hoy se pueden contratar desde un dispositivo móvil. Lo mismo para la detección y eventual autorización de un crédito.
“Hace 30 años el crédito grupal fue una innovación que comenzó con CAME, fuimos pioneros en darle créditos a sectores populares, lo que llaman ‘la base de la pirámide’. Lo que se creía era que la gente no podía obtener un crédito porque no iban a pagar”, precisó.
El modelo de financiamiento se adaptó al mercado mexicano luego de tomarlo como referencia de otras instituciones en Asia, Centro y Sudamérica, y consiste en prestar una cierta cantidad de dinero a un grupo integrado por mínimo 10 personas.
Los montos en esta modalidad van de los tres mil a 60 mil pesos. Según Varela, esto también ha desarrollado un cierto grado de “comunidad” entre los clientes, ya que nadie debe atrasarse en sus pagos para poder garantizar la continuidad del financiamiento.
“Años después, también fuimos los primeros en darle a nuestros clientes una tarjeta de débito para que pudieran cobrar sus recursos crediticios. A eso se sumó que implementamos dispositivos para que las personas llevaran un registro de sus cuentas”, agregó el director general de CAME.
‘Youtubers’ de embargos
Desde 2020, en redes sociales como YouTube o TikTok, han proliferado videos o canales de despachos de abogados y cobranza realizando embargos a clientes de financieras del país.
Destaca el caso de un canal titulado “Abogado Gallegos” que cuenta con casi 38 mil suscriptores y alberga una lista de más de 40 videos que en conjunto suman más de 8.2 millones de reproducciones.
El protagonista de estos videos es José Gallegos y en algunos de ellos se ostenta como defensor de CAME, aunque aclara que su trabajo también es mediar la situación para que los deudores paguen una parte del préstamo reclamado por la compañía.
Gallegos va parejo y con todo. A los domicilios acude con las debidas órdenes del juez, actuarios y personal de seguridad pública que vigilan las diligencias en todo momento para reguardar el orden.
Las personas que son visitadas por el Abogado Gallegos, tienen negocios de tiendas de abarrotes o transporte público, aunque también se dan los casos en donde los préstamos fueron solicitados por un grupo de vecinos y que paulatinamente dejaron de pagar.
“Es que yo le di mi mensualidad a tal persona”, son las principales justificaciones que dan los morosos. No obstante, el litigante también suele ofrecer el chance de liquidar la deuda y así detener la diligencia de embargo.
“Siempre lo que buscamos es que aun en las instancias en las que nuestros clientes están en un proceso de cobranza, nos aseguramos que cumplir con todas las disposiciones regulatorias”, mencionó Varela.
Las regulaciones a las que se refiere el director general de CAME, son que los despachos contratados o los propios colaboradores acudan a los domicilios en horarios adecuados y presentando la documentación adecuada, por citar algunos ejemplos.
“Muchas veces lo que sucede en las redes sociales es un efecto amplificador y a veces es más un video que puede ser muy llamativo, pero de fondo también está el incumplimiento de una persona. Tratamos que todo sea bajo las disposiciones de cobranza de la ley”, subrayó.
Varela aceptó que ha visto este contenido en redes sociales, al tiempo que reconoció que les ha servido para identificar áreas de oportunidad y evitar que los clientes de CAME sean embargados.
“Claramente es algo que no debería de suceder. Inmediatamente, reaccionamos y tomamos las acciones necesarias para evitar eso. Son casos aislados, en realidad lo ideal sería que no llegáramos a eso y que nuestros clientes pagaran a tiempo”, añadió.
Prevén dispersar 12 mil millones de pesos en créditos
Las metas de CAME para 2023 son continuar expandiendo su negocio y abanico de productos, al igual que otorgar 12 mil millones de pesos en poco más de un millón de créditos.
A esto se suma perfeccionar su oferta digital tras la fusión con la Sofipo bajo el lema, “Te creemos”, la cual fue realizada en noviembre del año pasado y con la que espera llegar a 10 millones de clientes en los próximos cuatro años.
“Vamos a llegar a más personas, poco a poco iremos perfeccionando y dándole mejores servicios financieros digitales a nuestros clientes; lo haremos de una manera ágil y sencilla, todo para mejorar la atención”, destacó el directivo.
Al cierre de agosto de este año, la institución contó con activos por más de cinco mil 900 millones de pesos que representaron el 16 por ciento de todo del sector, con lo cual se posicionó como la segunda más grande en el país, de acuerdo con la Comisión Bancaria de Valores (CNBV).
De igual forma, su Índice de Morosidad (IMOR) fue de apenas 3.4 por ciento. Según el directivo, la clave de mantener estos niveles adecuados que solicita la regulación se basa en los modelos crediticios aplicados a largo plazo.
Fuente: El Sol de México