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Morosidad Bajo la Lupa: Un Análisis del Comportamiento del Crédito en México (Abril 2024 – Marzo 2025)
En un entorno económico que exige una vigilancia constante y una lectura profunda de sus indicadores, el comportamiento de la morosidad en el sistema financiero mexicano se erige como un termómetro clave para evaluar la salud de la banca y la capacidad de pago de sus usuarios. Desde abril de 2024 hasta marzo de 2025, las cifras de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) nos revelan un panorama de estabilidad general, aunque con movimientos diferenciados que pintan un retrato detallado del sector crédito.
El Pulso General
El Índice de Morosidad (IMOR) de la Cartera Total Consolidada de la Banca Múltiple ha mostrado una notable consistencia en el periodo analizado. Partiendo de un 2.00% en abril de 2024, el IMOR fluctuó mínimamente, alcanzando un pico de 2.07% en septiembre de 2024 y cerrando en 2.02% en marzo de 2025. Esta estabilidad en el nivel general de impago es un signo positivo contundente, sugiriendo que, a pesar de las presiones económicas, la capacidad de pago agregada de los usuarios y las estrategias de gestión de riesgo implementadas por los bancos han probado ser efectivas.

Radiografía por Segmentos
Al adentrarnos en los componentes de la cartera de crédito, observamos comportamientos más específicos que revelan las dinámicas subyacentes:
- Crédito a la Vivienda: A pesar de su histórica solidez, el IMOR de la Cartera de Vivienda ha mostrado una evolución particularmente sensible en este periodo. De un 2.69% en abril de 2024, el IMOR de vivienda ha registrado un ascenso paulatino, llegando a 2.90% en marzo de 2025. Este aumento de 0.21 puntos porcentuales en un año, aunque gradual, merece un seguimiento cercano, ya que podría reflejar el impacto acumulado de factores como la inflación o las presiones sobre el ingreso disponible de los hogares en compromisos a largo plazo.

- Crédito al Consumo: El segmento de Crédito al Consumo, conocido por su mayor dinamismo y volatilidad, nos ofrece una de las historias más optimistas. Iniciando en 2.97% en abril de 2024, el IMOR de consumo tuvo un ligero repunte hasta alcanzar un 3.11% en septiembre y diciembre de 2024. Sin embargo, a partir de ese punto, experimentó una notable mejora, descendiendo consistentemente hasta situarse en 2.81% en marzo de 2025. Esta caída de 0.16 puntos porcentuales desde abril de 2024 y una reducción más pronunciada desde su pico, sugiere una estabilización o incluso una recuperación en la capacidad de pago de los consumidores, o bien, una mayor eficiencia en las estrategias de cobranza.

- Crédito Comercial: La Cartera Comercia sigue siendo un referente de solidez en términos de morosidad. Con un IMOR que partió de 1.39% en abril de 2024, sus fluctuaciones han sido mínimas, oscilando en un rango muy estrecho y regresando al 1.39% en marzo de 2025. Este comportamiento indica que el sector empresarial, particularmente el corporativo y las grandes empresas, ha mantenido una firme capacidad de cumplimiento de sus obligaciones crediticias, contribuyendo de forma crucial a la resiliencia global del sistema bancario.

Implicaciones y Perspectivas Estratégicas
El análisis de la morosidad entre abril de 2024 y marzo de 2025 nos proporciona una visión matizada y profundamente reveladora. La estabilidad general en la cartera total es un testimonio directo de la prudencia bancaria y la notable capacidad de adaptación del mercado. Mientras que el crédito a la vivienda muestra un comportamiento que sugiere mayor sensibilidad a las condiciones económicas que impactan el largo plazo, el crédito al consumo ha demostrado una valiosa capacidad de recuperación, lo cual es vital para la confianza y el dinamismo económico.
La gestión de riesgos seguirá siendo una prioridad ineludible para las instituciones bancarias, especialmente ante las proyecciones de una moderación económica global. No obstante, las cifras actuales reflejan un sector bancario robusto y proactivo, capaz de monitorear y gestionar los niveles de impago con precisión. Esta capacidad es fundamental para mantener un flujo de crédito saludable y, con ello, seguir impulsando la inversión y el crecimiento en México. La morosidad, lejos de ser un mero dato, se consolida como un mapa detallado que guía las estrategias de crecimiento y mitigación de riesgo para el futuro inmediato, revelando la resistencia inherente del sistema financiero mexicano.
Referencias en Formato APA
- Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). (2025, marzo). Portafolio de Información: Sector Financiero Regulado. Recuperado de https://portafolioinfo.cnbv.gob.mx/Paginas/Inicio.aspx#